Seguramente hemos escuchado o utilizado muchas veces esta palabra sin tener idea alguna de lo que signifique, es por eso que entender que es la propiocepción podría ayudarte de una manera inimaginable a la hora de recuperarte después de haber sufrido una lesión.
La propiocepción per se, es el sentido que nos proporciona la capacidad de detectar el movimiento y la posición de las articulaciones sin tener que estarlas viendo. La información que recoge el sistema propioceptivo es recolectada en gran medida por ligamentos que se encuentran en las articulaciones, lo que permite que se puedan realizar ajustes en el control y ejecución de los movimientos para evitar el riesgo de sufrir una lesión durante la actividad deportiva o ante mínimos gestos de la vida diaria, como, por ejemplo, pisar sobre terreno irregular, bajar escalones, dar una patada a un balón, lanzar un objeto, etc.
La propiocepción la utilizamos todos los días, es parte de todos nuestros movimientos y es aquello que nos protege, por ejemplo, cuando nos torcemos un tobillo, si se tiene una buena propiocepción, el cuerpo es capaz de detectar que el tobillo está en una mala posición, lo que lleva a activar de manera refleja ciertos movimientos para lograr estabilizar el tobillo a tiempo y así evitar que éste se lastime, por el contrario, si la propiocepción es deficiente o la torcedura del tobillo fue con demasiada energía, las estructuras que se encuentran en el tobillo probablemente resulten lastimadas.
Así pues, realizar un entrenamiento propioceptivo con o sin lesión evitará que sufras este tipo de lesiones, englobadas en su mayoría como esguinces.
¿Como se trabaja la propiocepción en la fisioterapia?
Para trabajar la propiocepción se deben provocar estímulos externos que favorezcan las reacciones musculares reflejas, la dificultad progresiva es esencial para que pueda verse una evolución notoria en el paciente. Los ejercicios propioceptivos ayudan a mejorar la fuerza, coordinación, equilibrio y estabilidad, promoviendo así posturas estables en las articulaciones del cuerpo, que, tras tropezar de manera inesperada, le permitan al paciente reaccionar de manera eficaz y adecuada. Los ejercicios dependen de las características del paciente, aunque a menudo se utilizan balones, balancines, aros, bancos, conos, movimientos explosivos, etc.
¿Cuándo trabajar la propiocepción en la rehabilitación física?
El trabajo propioceptivo regularmente será en las fases finales de la recuperación, esto es, cuando el edema se ha reabsorbido, cuando la movilidad se ha recuperado, y cuando el paciente ya haya empezado hacer ejercicios de fuerza muscular con ímpetu, sin embargo, estos ejercicios los puede realizar una persona sana con el fin de prevenir futuras lesiones.
Si realizamos un buen trabajo propioceptivo con los pacientes, sin duda mejorará la funcionalidad y se evitarán recaídas o futuras lesiones, permitiendo al paciente una vida más natural sin limitaciones y un regreso optimo a realizar sus actividades diarias o deportivas.
Referencias:
Sagastume, M., (2013). Ejercicios de Equilibrio para mejorar el sistema propioceptivo.
Willian, E., (1997). Técnicas de rehabilitación en la medicina deportiva”. Ed. Paidotribo.